Que dificil es sacarse el olor a mandarina de las manos
Cómo me gustabas! Me fascinabas, me volvías loco. No importaba como te veías, como tevestías o que te ponías, me encantabas. Aun hoy, casi un año después, si te viera me darías vuelta la cabeza como un gajo de mandarina cuando se hace paragüitas.
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