"Sólo soy víctima de mi amor por vos, me dejé vencer por mi idealización y soborné mi corazón, dejé que me indique un camino gris, que me lleve a un lugar en el que sólo iba a ser lastimado. Me entregué a mis sueños, me dejé llevar caprichosamente sin entender que cuando no es recíproco el amor duele.
Si me hubieses pedido que te entregue el cielo, seguramente hubiese construido una escalera sin entender que ninguna me llevaría a alcanzarlo. Ese fue el engaño, esa fue la manera de traicionarme a mi mismo...
... No soy culpable de amar, sí podría entender que sólo soy víctima cuando mi amor no es correspondido, cuando deseo llorar porque me siento rechazado, cuando el otro tiene todo el poder y que más doloroso que el poder que nos otorga la fácil renuncia, la distancia sin dolor de aquella persona a la que se le dijo que también era amada a sabiendas de que no puede ser amado aquello de lo que podemos abstraernos.
Algunas puertas siempre están abiertas para salirse, otras se cierran y nos encarcelamos en una idea, una razón, una justificación que vuelva verdadero nuestro ideal, entonces es claro que el que ama de verdad queda atrapado, queda a expensas de quién no siente lo mismo, y se convierte en su leal anfitrión, en su apéndice.
Cuando me enamoré de ti, quedé atrapado en ese amor que hoy no me vuelve culpable pero sí victima, victima de ti, de tus necesidades, de tus caprichos, de tus tiempos de distancia para saber lo que querés, de tus abandonos, de tu falta de recuerdo, de tus imposiciones, de tus derechos sin obligaciones, de tu autoestima, porque sí alguien elevó esa autoestima, sólo fue mi amor desenfrenado, mi amor sin límites.
Y así juntaste las lágrimas que dejé en tu camino, y las hiciste un bollo, limpiaste con ellas los cristales de tus ojos y me viste de otra manera, sentiste que ya no era lo que te acercó a mí, es que yo podía llorar por lo tanto era débil, por lo tanto sufría por tí, era débil para decirme a mí mismo esto me hace mal, sí es que me hace llorar.
No soy culpable por amarte, soy víctima de un dolor indescifrable, que me deja sin fuerzas, que me entrega a la enfermedad y a una condena para siempre (la condena de amarte sin sentirme amado).
Víctima de tus desarraigos suelo ir en busca de algo que me ayude a girar y ponerme en otro lugar, pero ya es tarde para cambiar de sitio, me acomodé en uno donde no había mucho espacio para girar, me instale en ese sitio y ahora sólo espero con desdicha que gires a mi alrededor y que en algún momento podrás dejar de darme la espalda, espero ese momento en que me mires de frente y te des cuenta que soy más de lo que crees para vos, que me reconozcas y esperando me voy marchitando, por eso soy victima, victima de la espera, victima de tu renuncia, victima de tu falta de atención, victima de un amor que jamás me hará feliz.
Ojala sea culpable, porque sí pudiese mirarme como culpable no trataría de buscar más razones para comprender lo que jamás entenderé y es que me enamoré pero de quién no debía enamorarme."
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